Protección de Riesgos Laborales

Hoy ha pasado por la empresa el técnico de la protección de riesgos laborales, pero como la agenda está llena, le ha atendido la recepcionista. La rápida reunión se ha celebrado de pie, en la misma recepción y ha consistido en un monólogo del técnico, con una terminología extraña y ha dejado unos papeles para firmar y unas actuaciones para cumplir. Papeles que no se van a leer y actuaciones que no se van a llevar a cabo. Porque todos estos temas administrativos están hechos para complicar las cosas.

Sin embargo, tienen mucha más importancia que lo que suponemos.

¿Qué hacer si en la clínica se produce un cortocircuito? ¿Sé dónde están los extintores y cómo utilizarlos? La empresa tiene escaleras, pero ¿he pensado en el riesgo de que un paciente tropiece y caiga? ¿Tengo algún protocolo de cómo proceder en estos casos? Y si algún paciente tiene alguna complicación durante la intervención, ¿tengo el equipo preparado para actuar rápidamente, a quién llamar y cómo reaccionar?

En 1995 se elaboró la ley de Prevención de Riesgos Laborales que afecta a todas las empresas, y tiene por objeto promover la seguridad y la salud de los trabajadores. En definitiva, se trata de aplicar las medidas y desarrollar las actividades necesarias para prevenir los riesgos derivados del trabajo.

Aunque los riesgos laborales de una empresa pueden ser reducidos y muy fáciles de identificar, no por ello deben ignorarse. La función del técnico de prevención de riesgos profesionales es identificar estos puntos y asesorar en cuanto a sus medidas de prevención. Bastará con tener un protocolo detallado, una identificación de cómo actuar en caso de emergencia y de identificar quienes son los responsables de ello. También se ocupará de la formación a todo el personal y de concienciar de la necesidad de su conocimiento.

Es muy importante disponer de estos protocolos, de conocerlos y de tener a toda la organización concienciada con ellos. Se deben realizar cursos de primeros auxilios de forma regular a lo largo del tiempo para poder actuar en casos de necesidad.
Es imprescindible saber cómo actuar en estos casos y no improvisar. Las inspecciones laborales solicitan y revisan esta información. En caso de siniestro o incidencia, las compañías de seguros reaccionaran de distinta forma según se esté en cumplimiento de la normativa al respecto o no. CUMPLIR CON LA LETRA PEQUEÑA PUEDE AHORRAR GRANDES DIGUSTOS.

Tenemos que conceder al técnico de prevención de riesgos laborales el tiempo necesario para elaborar conjuntamente el protocolo y para implementarlo. Si no se dispone del tiempo para ello, se debe buscar a alguien de confianza que actúe como nuestro representante.

En ATEMA estamos a tu servicio para acompañarte en este proceso, representarte y ayudarte a prevenir toda clase de riesgos laborales.
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